Partiendo de una novela de Vladimir Nabokov, el director holandés Marleen Gorris plantea una partida emocionante e intensa, con desenlace inesperado después de conseguir ventaja. La Defensa Luzhin acerca al espectador el misterioso, a la vez que apasionante, mundo interior del ajedrecista.
John Turturro interpreta a Alexander Luzhin, un excelente jugador de ajedrez ruso que viaja a Italia para disputar el campeonato mundial. Luzhin es como el rey, una pieza valiosa pero sin apenas capacidad para moverse por el tablero de la vida. Cumple a la perfección el prototipo de estrella del deporte de los escaques: talentoso con las piezas y despistado en la realidad. Durante la celebración del torneo, conoce a Natalia, encarnada por Emily Watson. La ingenuidad de Luzhin le llama poderosamente la atención, pues no le parece un tipo convencional. Él encuentra en Natalia a su dama, la mujer preparada para dirigirle en la partida del mundo exterior.
Los actores logran transmitir con bastante fidelidad el carácter de los protagonistas. Turturro roza a veces la sobreactuación, pero se justifica por la difícil personalidad de su personaje. Emily Watson, por su parte, acierta plenamente en la interpretación de Natalia, transmitiendo su comprensión y su cercanía.
La película, al igual que los alfiles, se mueve por dos diagonales paralelas pero de distinto color. Por las casillas negras, el tormentoso pasado de Luzhin, marcado por la mala relación entre sus padres y la marginación en su colegio. En las casillas blancas, la esperanza del protagonista de vivir más allá del tablero de ajedrez, su refugio desde su infancia. Pero no siempre las defensas paran a los ataques. Esta película ofrece una interesante reflexión sobre cómo perder en la realidad todo lo que se gana en un juego. Jaque mate.
Jaque a la descubierta 